Espejito, espejito… ¿quién es el más astuto?


1- Hace ya varios años alguno de nosotros indicaba que Chávez, cual inconsciente, había puesto a Venezuela en el mapa de la guerra, aunque esa guerra no se refería al conflicto asimétrico a la que se refería el barinés, quien copiándose de las técnicas de guerrilla, pretendía combatir al imperio desde el frente petrolero y el de las instituciones internacionales. Nuestra referencia era a lo militar propiamente dicho, esto es, que en caso de una pelotera global, Venezuela pasaba a ser un blanco de guerra legítimo, tanto por su importancia petrolera -al menos para entonces-, como por la presencia de tropas y armamento muy diferentes a los que la alianza del Occidente libre acostumbraba a ver en el país.

Por supuesto que nadie hizo caso de aquellas advertencias. Eran los tiempos durante los cuales los Capriles, Ramos Allup, Rosales, Petkoff y afines lo sabían todo, aunque los años han demostrado que realmente no sabían nada.

2- Durante aquellos años EEUU estaba ocupado gastándose casi 6 billones de dólares – trillones en inglés- en las guerras de Iraq y Afganistán, siendo la primera un invento de Bush hijo como para complacer a su padre, quien le precedió como presidente del país, de Condolezza Rice, Colin Powell, Aznar, Blair y personajes como los conocidos Bolton, Pompeo y Abhrams, ahora reciclados por la extrema derecha trumpista; y la segunda, a cuenta de erradicar el terrorismo integrista de Bin Laden.

El actual infierno iraquí, ahora gestionado por Irán, y el afgano, unido a la derivada guerra en Siria, son la muestra del fracaso de aquellas dos ocurrencias de un país que se cree que aún puede disponer del destino de otros como le venga en gana. Un fracaso que además ha servido para consolidar la presencia rusa en la misma Siria, como anticipo a lo que será la entrada triunfal de la flota rusa en el Mediterráneo, cual objetivo deseado desde hace muchas décadas.

3- Aquellas distracciones de EEUU en el Medio -y algo más lejano- Oriente le llevaron literalmente a olvidarse de Latinoamérica, una circunstancia que coincidió justamente con el zenith del ciclo de poder personal de Chávez, quien le dio la bienvenida a chinos, rusos, iraníes, sirios, libios, etarras, y por supuesto a los cubanos castristas -los turcos de Maduro vendrían más tarde- para que con ello, irónicamente, resultara que parte de los terroristas que EEUU andaba buscando en aquellas tierras lejanas, terminaran recalando en Venezuela, país que es una componente fundamental en el llamado patio trasero de EEUU. Algunos de estos importados terminaron más o menos climatizándose, como fue el caso del etarra Iñaki de Juana Chaos, quien regentaba una pulpería y licorería en Chichiriviche, además de la tasca Jock’s, como buen vasco después de todo; otros más activos han estado explorando e inventariando las minas estratégicas del Sur del país, mientras el resto fue integrado al Estado venezolano en labores de asesoría geopolítica contra Occidente, además de que los cubanos fueron privilegiados con la auctoritas sobre instituciones fundamentales del país.

4- Por supuesto que el olvido de EEUU hacia Latinoamérica y el Caribe tuvo tanto consecuencias positivas como negativas dentro del cuero seco que caracteriza a esta región, alternando dictaduras militares con regímenes filocastristas. En lo positivo resalta que a pesar de dicho olvido se han mantenido los canales de ayuda internacional -aunque siempre dentro de los dictados del llamado Consenso de Washington de los años 90-, o la guerra a los carteles de la droga, y el que la CIA ya no pudiera andar tumbando gobiernos hostiles a EEUU, aunque ello podría verse como algo negativo en virtud de habernos dejado intactos los regímenes de Nicaragua y a Cuba, para que siguieran incordiando a toda la región…

5- La manía de EEUU de andar tumbando gobiernos latinoamericanos, al menos a partir de 1945, se expresó por primera vez en 1956 con el gobierno electo democráticamente en Guatemala, el cual se había propuesto ponerle fin a las condiciones inhumanas a las que la United Fruit Company sometía a los campesinos que laboraban en sus tierras, siendo el resto ya Historia, con las intervenciones en República Dominicana, Panamá, Chile, etc. El hecho es que en la actualidad el régimen chavista sigue allí, como el de Nicaragua y el cubano, Evo Morales sigue allí, López Obrador llega al poder montado en el descontento popular hacia los partidos que han dominado a México durante un siglo, y Brasil y Argentina tienen ya la expectativa de que vuelvan los gobiernos de esa izquierda irracional y corrupta a partir de las loqueras de Macri y Bolsonaro, sin mencionar el peligro de que la izquierda colombiana alcance el poder más temprano que tarde -una izquierda bien curtida en más de sesenta años de guerras internas muy duras.

6- Al menos para Venezuela -y para toda la región, si a los detalles vamos- EEUU ha llegado tarde, o mejor dicho, su regreso tiene un retraso de al menos diez años durante los cuales se les ha colado mucha gente para configurar en lo comercial y en lo militar esta parte del planeta, para hacerla así cónsona -valga el término- con lo que ocurre en el resto del globo, y es esto último lo que hace del escenario latinoamericano algo muy difícil de revertir sin asumir consecuencias muy serias, porque si bien en lo tragicómico vemos como los mexicanos se roban el alambre de púas -concertinas, les llaman, aunque de armónico no tengan nada-, que EEUU instala sobre el muro fronterizo, para revendérselo a los propietarios de casas de la zona -dado lo inseguro que es vivir en esa parte de México-, en situaciones más serias como la venezolana, las consecuencias de cualquier intento de quien desee cambiar el statu quo de nuestro territorio como cabeza de playa estratégica tanto para Rusia como para China, pueden ser, interna y globalmente hablando, muy serias.

Porque hay que comprender que ahora Venezuela es una pieza más del tablero geopolítico multipolar, al igual que lo son Siria y Ucrania para Rusia, Pakistán para el proyecto de la Ruta de la Seda de China, proyecto para el cual cobran importancia capital los puertos griegos, y lo italianos, luego de que ese país firmara dicha asociación estratégica con China, algo que tiene patas arriba tanto a la UE como a la NATO.

Son eventos por tanto, que al igual que los de Venezuela, no se pueden abordar individualmente sino en conjunto, con impensables consecuencias entrecruzadas. Que EEUU intente tumbar a Maduro por tanto ni es tan sencillo ni les saldría tan barato como les salió tumbar a Allende, o extraer a Noriega.

7- Así que los tiempos han cambiado para el llamado patio trasero de EEUU, y ahora dicho país tendrá que vérselas con potencias que antes respetaban la Doctrina Monroe, a cuenta de que traspasar la línea roja que ésta demarcaba les generaba mucho más perjuicio que beneficio, porque ahora dichas potencias piensan exactamente lo contrario.

La presencia china en materia comercial en Venezuela ha literalmente secuestrado al país con una monstruosa deuda financiera, y aunque ciertamente a ello ha contribuido el latrocinio y la ineptitud del régimen chavista, el hecho es que el país estará amarrado a China durante décadas. Así mismo, los soldados rusos que llegaron al país, liderados nada menos que por Vasili Tonkoshkurov, jefe del Comando Principal de las Fuerzas Terrestres de Rusia, más las 35 toneladas de equipamiento militar, solo se puede comprender como el inicio de una escalada que gradualmente incrementará la presencia militar rusa en el país.

8- Pero entendámonos, Rusia no es Cuba, aunque sus gentes se parezcan en su natural aversión al concepto de autoridad a la hora de intentar sobrevivir a la brutal rutina diaria en ambos países, porque en materia militar, Rusia sí es capaz de generarle fuertes dolores de cabeza a EEUU, comenzando por el objetivo ruso de recuperar el territorio perdido por la caída hace cien años del zar, y por el armisticio de Lenin para finiquitar la guerra en el frente ruso de la Primera Guerra Mundial. Para Rusia, ese objetivo está más vigente que nunca, apuntando hacia la misma Finlandia -país que por cierto en aquellos tiempos  le ganó la guerra a Rusia para así conquistar su independencia-, a los países bálticos, obviamente a Ucrania, a Bielorrusia, y a varios países euroasiáticos, así como a recuperar costas en el Mar Negro occidental.

9- Dentro de esta perspectiva por tanto, Venezuela pasa a ser una eventual moneda de cambio, que de ser parte de un acuerdo global para dejarla volver al redil norteamericano solo traería sufrimiento a alguno de aquellos países, y de no ser objeto de transacción alguna, pues el sufrimiento se perpetuaría aquí mismo.

Es más que obvio por tanto, que frente a George Bush, el hijo de papá que llegó a presidente de EEUU en 1990, así como frente al tibio Obama, prudente al límite de la inacción, y al otro hijo de papá, el tracalero -y putero- Trump, quien además de geopolítica no comprende una jota, Putin, con experiencia como jefe de la delegación de la KGB en Alemania de Este en pleno apogeo soviético, y como quien se ha pasado toda su vida tejiendo redes de poder, hace que la comparación no se sostenga.

Putin ha sido -y es, para bien o para mal- más astuto que todos ellos, y por ello esperó hasta que Maduro estuviese realmente contra la pared y a riesgo de que su régimen colapsara, para hacer acto de presencia militar en Venezuela. Una estrategia impecable.

10- Si parte de la oposición entonces clamaba por una intervención militar -Hausmann et all incluidos-, pues allí la tienen,  solo que ésta es al revés de lo que ellos aspiraban… porque como siempre, quienes se meten a aprendices de brujo, primero tienen que pasar por un largo proceso de aprendizaje antes de meterse a jugar en estas ligas mayores.

Ahora falta por ver donde estarán destacados estos militares rusos; tal vez en la frontera colombiana, o siguiendo la doctrina de Juan Vicente Gómez -para efectos de control del territorio nacional- en los predios del Estado Aragua, o como fuerza de choque represora enseñándole además a los esbirros del FAES unos límites de crueldad dignos de la película de Rambo en Afganistán. Habrá que esperar para saber si el contingente ruso aumentará durante los próximos meses, y si EEUU está dispuesto a tumbar a Maduro arriesgando un conflicto mayor en otros lugares del planeta.

Solo faltará saber cómo terminarán las cosas con China -globalmente hablando-, y cómo Turquía e Irán querrán ser parte de la rebatiña venezolana con los militares rusos resollándoles en el pescuezo. Pero eso es otra historia.

Para Rusia por tanto, Venezuela es el equivalente de Siria, cual cabeza de playa de suma importancia, algo que al final solo significará una represión feroz a toda disidencia, que los cubanos castristas tendrán un papel cada vez más insignificante en el dominio que hasta ahora han ejercido sobre el chavismo, y que el mismo régimen, comenzando por Maduro, termine siendo rehén de Putin.

Tal vez sea hora entonces de que comprendamos aplenitud  el daño que Capriles le hizo al país cuando optó por el vuelvan caras aquel mes de Abril de hace cinco años al no reclamar el poder que legítimamente le tocaba ejercer, y que se acepte de una buena vez que quienes han liderado la disidencia al régimen simplemente no han comprendido nada de nada.

Esperemos que Guaidó sea diferente, y aprehenda no solo con quién está tratando en Washington, sino allá en las estepas rusas.

Hermann Alvino

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