Mi perfil…

Ingeniería: Ciencias de los Materiales, Procesos de Manufactura, Energía Solar, Estadística, Productividad, Control de Calidad, plataformas ERP & CRM.

Ciencias Sociales-Sociedad de la Información: dinámica de las redes sociales.

Estudios:

Ingeniería: Ingeniero Metalúrgico. Postgrado MSc en Ciencias de los Materiales. Certificado Six Sigma. Diseño de Proyectos de Energía Solar.

Informática: BSc. Information Systems.

Sociología: MSC y DEA en Sociedad de la Información.

4 comentarios en “Mi perfil…

  1. Hermann: hola, recibe mis saludos cordiales. Soy José Méndez Farrera. Nos conocemos desde la campaña de Eduardo, en la quinta «Primavera» que Coordinaba Luis Corona. Fui Coordinador de Control Electoral de Miranda durante más de 15 años. Recibo tus interesantes artículos a través del mutuo amigo Alberto Mérida. Sobre el tema de HChF y su gravísima enfermedad: Rabdomiosarcoma (soy médico de 43 años de graduado) que es uno de los más agresivos, se está proponiendo una Comisión de Diputados, Constituyentistas y Médicos que se trasladen a La Habana para certificar la gravedad del Presidente. Eso lo propuso A. Ledezma, pero seguro es que si se concreta y van por su propia cuenta, ni siquiera los dejarán bajar del avión. En este caso esa misma gente podría denunciar ante la Comunidad INTERNACIONAL que a nuestro Presidente lo tienen «SECUESTRADO» en una nación. Qué te parece este aspecto?.
    Gracias de antemano por tu atención y me reitero, amigo:
    JMF
    Mi correo: jmendez44@gmail.com
    Cel.: 04143240485
    PIN: 292A1F89

  2. Hermann, no nos conocemos, qué lástima, soy una periodista venezolana, que acaba de toparse con tu trabajo sobre el tráfico de drogas por Venezuela, a través de gráfico, así llegué a tu blog, que es muy interesante. Tenemos un programa de radio, mi hermana Eréndira Gómez y yo, se llama «La Bicha y La Cuaima» y nos encantaría tener el gusto de entrevistarte, RCR es la única radio libre que nos queda en Venezuela, será tos un gusto que nuestra audiencia te escuche, un abrazo, Berenice Gómez Velázquez, mi portal es www-berenicegomeztururutururu.com, el tuiter es @berenicegomez52, mi correo electrónico es

  3. Hola conciudadano. Muy asombrado con tu capacidad de análisis y reflexiones del ámbito de la política. «Básico» ha sido un análisis reflexivo que me identifica plenamente en la visión que siempre tuve de los ñangaras desde que estudiaba el bachillerato. Y más cuando les combatí sin cuartel en la universidad (Fui dirigente estudiantil que llegue hasta la más alta responsabilidad como presidente adjunto de la FCU-UDO). Creo que Venezuela ha sido victima de eso que siempre denomine como el «antiADequismo enfermizo». Ese antADequismo que se incubó desde la revolución de octubre. Ese que se disfrazó de notables y para protagonizar en la política disimuladamente se disfrazo de «Sociedad Civil» para tapar sus odio a la política partidista y sus dirigentes. Hoy incluso pulula con nuevos rostros, pero con esa ponzoña de su «antiADequismo enfermizo». De ahora en adelante estará mi respetado conciudadano entre mis favoritos y publicaré en mi FACE tus tan muy buenos análisis y reflexiones. Más cuando ayudan a ver los antecedentes de los que nos conllevó a esta calamidad nacional.

    • Hola, muy agradecido por el generoso comentario; de veras se aprecia como contraste a ciertas reacciones, en un entorno donde muchas veces hablar en estos términos algo «políticamente incorrectos» no contribuye a la difusión de ciertas verdades.
      En efecto, el proceso que durante décadas conllevó a un imparable control de esta gentuza de muchas facultades en las universidades públicas venezolanas, debió servir de advertencia sobre lo que podría venir a una escala mucho más amplia, profunda y nefasta -el proceso en los liceos solo se limitó al adoctrinamiento de base sin poder abordar a plenitud el control institucional, debido a la carencia de ese grado de autonomía del que siempre dispusieron las universidades durante la democracia post Perez Jiménez-, porque al fín y al cabo los universitarios son los que siempre constituyen la columna vertebral de la gobernanza.
      Las consecuencias en el ámbito cultural -o el «humanístico», para generalizar- fueron casi inmediatas, lo cual también se puede explicar en términos globales a través del abandono en este campo por parte del «Occidente» liberal, con énfasis el cine, teatro, literatura, periodismo, dándole vía libre a la propagación del mito del éxito comunista soviético, el cubano castrista, el chino maoísta, el vietnamita de Ho Chi Min, y a otros mitos como el del hérore guerrillero latinoamericano encarnado en el Ché -un simple asesino cuya imagen lograron colarla junto a la de la lengua salida de Mick Jagger en las franelas de millones de jóvenes ignorantes, y por lo tanto incautos.
      Era una inteligente apuesta a futuro, puesto que cuando esos sistemas cayeron el daño mental perduraría durante largo tiempo, y aquí estamos, con partidos políticos españoles cuyos millones de seguidores anhelan que los gobierne alguien como Fidel o como Chávez, con una mayoría en Nicaragua empeñada en seguir votando a un borracho y violador, o con varios millones más de soñadores que levitan con la poesía de Neruda, pasando por alto el detalle que ese caballero era otro violador de camareras de hotel -cosa de la que presumía, además-, pero como estaba de aquel lado ideológico pues había que ponerlo en un altar.
      Es lo que hay, y hasta podría decirse que está bien merecido, con perdón de los miles de paisanos atribulados por esta pesadilla cuyos efectos, cuando termine, serán materialmente imposibles de superar al menos durante dos generaciones -los ejemplos de la destrucción material y espiritual cubana y soviética están a la vista.
      La larga historia de todo esto no es más que unas secuencia, no tanto de errores políticos sino de una muy conciente laxitud mental por parte de gobernantes y gestores institucionales, quienes nunca se propusieron dedicar algo de su tiempo a contener ese fenómeno. Ellos estaban muy ocupados jugando a ser importantes y famosos, para lo cual pensaban que un cultivo sobre bases falsas de una aureóla de «amplios» y «estadistas» los catapultaría directo y sin escalas a los libros de Historia…cosa que en efecto ocurrió, pero no en la dirección que ellos pensaban, como el caso de Caldera y todos quienes fueron sus rivales como candidatos presidenciales, con su unanimidad para el sobreseimiento al golpista y sus compinches.
      Esa laxitud indica que a veces las cosas hay que erradicarlas de raíz, y que la piedad que nos caracteriza como seres humanos no es válida para quienes tienen alma de escorpión, porque si se les abre la entrada pues inevitablemente nos pican y nos envenenan. Una laxitud que por ejemplo no puede aplicarse a aquel soldado inglés de la Primera Guerra Mundial que de repente se consigió un soldado alemán desarmado -el enemigo-, y optó por perdonarle la vida, dándose la casualidad de que aquel alemán era el mismo Hitler; pero el misericordioso inglés no podía saber en qué se iba a convertir aquel andrajoso y vulnerable ser humano que tenía en la mira de su fusil, y en qué monstruosidad convertiría años más tarde al pueblo alemán.
      En cambio esa laxitud sí debe servir para condenar por irresponsables a esas dos generaciones de dirigentes de la democracia prechavista que le dieron entrada franca a esos escorpiones, primero en el ámbito de la cultura, luego en las disciplinas técnicas, en la administración pública, en las FFAA, para que poco a poco, como aquella rana que grado a grado se iba amoldando dentro de la olla al agua que se iba calentando, hasta morir hervida.
      Sencillo era combatirlos, aunque trabajoso. Bastaba enfrentarse a ellos con los debidos instrumentos institucionales -en vez de dejarnos a nosotros solos en los pasillos y aulas-; bastaba disponer mediáticamente de todos los instrumentos conceptuales que ofrece la democracia liberal para asegurar la paz y la prosperidad. Pero su autocomplecencia lo impidió.
      Y aquí estamos. Es lo que hay.
      Un cordial saludo.
      Hermann Alvino

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