De Pinochet a Maduro es solo cuestión de estética.


Gran polvareda en la prensa europea de izquierda por las declaraciones de Felipe González al comparar desfavorablemente al régimen de Maduro con el de Pinochet en materia de derechos humanos. Puede que se le haya ido un poco la mano, puede que Felipe esté algo desconectado de la actual realidad europea y latinoamericana, y obviamente él es lo suficientemente duro de cabeza como para que sea tarea imposible intentar convencerlo sobre algo diferente a lo que tercamente pueda creer, defectos éstos que no disminuyen un ápice su ayuda mediática y personal a la oposición venezolana y a la causa para liberar a nuestros presos políticos. A todos.

Apartemos lo personal de Felipe pues; pero su comparación Pinochet-Maduro se sostiene: pensemos que si en aquel Chile de militares asesinos desapareció muchísima gente por responsabilidad directa del poder establecido, en Venezuela los casi doscientos mil asesinados por la criminalidad derivada del desgobierno e ineptitud chavista también, porque muchos atracadores, secuestradores y sicarios de gente trabajadora y decente -ricos y pobres- son miembros de las fuerzas de seguridad del Estado venezolano, y el resto de dicha lacra es producto de la impunidad que les regaló Chávez al decir que se puede robar por necesidad.

La única diferencia entre los muertos de Pinochet y los de Chávez-Maduro entonces es puramente estética, esto es: que los de esta parejita que azota Venezuela no están desaparecidos, puesto que están a la vista, en las calles de nuestro terruño.

Y no cuela eso de que Maduro o Chávez fueron electos democráticamente y Pinochet fue un dictador, porque ése no es el debate, sino el respeto a la vida y a la justicia que todo gobernante está obligado a garantizarle a los ciudadanos.

Como siempre, los tontos útiles de esa izquierda europea andan soñando con que a su respectivo país gobierne un Chávez, o un Maduro, o un Pepe Mujica, un Evo, etc….y ¿por qué no?, un Fidel, al tiempo que los menos tontos –cínicos que sí saben lo que hacen y dicen- como Podemos o Monedero, cobran, tanto allá como acá.

Dicho sea de paso, Felipe ya no es de izquierda, no sabemos si para bien o para mal de la Socialdemocracia. Pero eso es otro asunto.

Hermann Alvino

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